jueves, 3 de enero de 2013

La clase política: Tercer problema para la Sociedad




Según las encuestas del CIS (Centro de Investigación Sociológico), la clase política ocupa el Tercer lugar entre los principales problemas de la Sociedad Genérica, ocupando un puesto preponderante la corrupción y el fraude fiscal, que acampa a sus anchas por todo el territorio español.
La clase política no muestra ningún atisbo de querer revertir la espiral devaluatoria que se está produciendo en su contra, empeñándose cada vez más en luchar con todas sus armas (éticas y no tan éticas) por alcanzar el “Poder de mando”, sin inmutarse siquiera por la progresiva disminución de “Autoridad” por parte de los representantes que finalmente alcanzan el “Poder”, lo que está ocasionando una mayor cuota de “Autoritarismo” en nuestro funcionamiento, lo cual es contrario a los principios democráticos.
La clase política de hoy en día, cada vez más alejada de la ciudadanía, en el funcionamiento y desarrollo de su importantísima actividad para procurar un Estado de bienestar, se encuentra atrapada en el juego de intereses particulares por encima del bien común... aunque en su dialéctica cotidiana siempre expresan lo contrario.
En toda ocasión que se expresan los distintos miembros de la clase política, acaban reprochándose unos a otros (de un partido y otro), el ser culpables de la situación, y el recriminarse que no piensan en los intereses generales de la Nación, amén de señalar al contrario como el responsable de que no se alcance un acuerdo de Estado que nos permita salir antes de la crisis económica.         
Pero después de todo este rifi-rafe del “tú más”, la realidad es que todas las medidas tomadas por las distintas fuerzas políticas para solucionar la crisis, van dirigidas al recorte de los Derechos de los ciudadanos de a pie…nunca se ponen de ejemplo a seguir en los recortes, como si ellos pertenecieran a otra Sociedad.    
Debemos corregir la espiral creciente que se está tornando en nuestro comportamiento “democrático”, en cuyo sistema de funcionamiento cada vez con mayor nitidez se va imponiendo un “lenguaje dinamitador”, en claro perjuicio de la aplicación de un “lenguaje dinamizador”...

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