jueves, 10 de enero de 2013

Los menores en España

Hoy en día la sociedad infantil está demandando juegos en los que intervengan los ejercicios físicos y competitivos, que permitan reforzar las muestras de tolerancia, generosidad y corporación en equipo, para poder progresar individualmente.
Como el desarrollo de nuestra sociedad no dispone de “tiempo” para que los mayores posibiliten las reuniones de menores... estos van aprendiendo sobre el sentido de la vida humana de forma individual, siendo cada vez más frecuente los juegos unipersonales.
La forma de mejorar la conducta generalizada de falta de respeto que se produce actualmente en los menores, entiendo que puede ser, la de enseñarles a “corregir” lo que hace mal y dejar de “reprocharles” lo que hace mal.
Dicen los expertos en la materia, que los cambios experimentados en el ámbito familiar respecto a la educación de los hijos en las últimas décadas, marcadas fundamentalmente por la falta de límites y una mayor permisividad, ha ocasionado un incremento importante de trastornos antisociales
Causantes de esta situación, son: Padres con falta de “tiempo y espacio” para la educación de sus hijos; Padres “democráticos” que no quieren imponer y que da como resultado, niños mimados en demasía por esta causa; desavenencias visibles y comportamientos reprochables entre los Padres; lo que hace que al final se conviertan en personas antisociales.
Hoy en día en nuestra sociedad de convivencia cotidiana, no se respetan los derechos personales y particulares de éstos por sus propios familiares o amigos de la familia, como pueden ser:
– El no tener en cuenta su presencia para utilizar el lenguaje con expresiones de mayores, en el que prevalece las palabras malsonantes, los comentarios soeces, el hablar desconsideradamente de personas conocidas no presentes en el momento, y  la utilización de “tacos” como expresiones coloquiales.
– Y el no va más, son las parejas que discuten en presencia de los menores, reprochándose y descalificándose mutuamente sin miramientos.
Para poder alcanzar acuerdos amistosos con los menores, hay que intentar ponerse a su nivel para un mejor entendimiento, y no querer o pretender (porque no pueden), que estos se pongan a la altura de los mayores para negociar acuerdos...


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