Con la llegada del sistema democrático a nuestra sociedad con sus
principios de Igualdad y Libertad, que nos traía una etapa muy esperanzadora
para disfrutar de las relaciones afectivas y amorosas, desgraciadamente la
realidad de hoy en día, es que la relación de pareja se ve seriamente afectada en
su estabilidad, durando cada vez menos tiempo el amor ilusionante con la que se
comienza.
Tras esta relación de pareja, la figura cada vez más extendida hoy
en esta sociedad moderna, considerada progresista y transgresora, es la
relación llamada “Amigos con derecho a roce”, en la cual, durante el tiempo que
la relación pervive, se exterioriza muchas muestras de afectos personales y
halagos mutuos... personal y particularmente la definiría más ciertamente como
“Conocidos íntimos con chispa sexual”, lo que significa en la realidad, que: ¡cuando
se acaba la “chispa”, se extingue la “amistad”¡.
Y a la espera o búsqueda de una nueva relación similar.
Otra figura que está en auge debido a la promiscuidad que avanza, es
la relación afectiva denominada “Aquí te pillo, aquí te mato”, o “Un polvo de
una noche”, que encima se suele ir contando por los corrillos, jactándose de
haber quién tiene más éxitos.
También, como consecuencia de la soledad que la gente está sintiendo
en esta sociedad tan falta de cariño y afecto entre sus miembros, cada vez coge
mayor fuerza las relaciones afectivas llamadas “folla amigos”, o “amigos para un
desahogado”, en las que se banaliza o frivoliza sobre la importancia de la sexualidad.
Y el no va más, que en mi opinión personal es la más degradante, es
la relación afectiva buscada a través de las nuevas tecnologías, en la cual la gente
acuerdan una cita sin conocerse previamente, simplemente por la necesidad de disfrutar
de una “relación para un esporádico”, en la cual solo se desea el acto sexual sin
querer tener conocimiento de la persona… lo más parecido a los animales.
Sin embargo, hay un colectivo de personas muy amplio que está
esperando encontrar a alguien con personalidad firme y segura, en quien pueda
confiar en su palabra y sentimientos, que cuando diga sí, sea sí, y
cuando diga no, sea no; con quien estaría dispuesta a compartir relaciones
“afectivas” de forma excepcional, que no de forma cotidiana, sin tener compromisos ni obligaciones, simplemente reciprocidad... el amor de amigos.
Para que una relación sexual sea considerada aceptable, al menos debe de haber producido un equilibrio entre la satisfacción animal y el aprendizaje personal, de cada uno de los participantes.
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