El dicho generalizado en la Sociedad de hoy es que el sistema no
funciona y no responde al “clamor popular” de los ciudadanos, disconforme con
los contenidos televisivos, pero que no tienen más remedio que aceptar porque
la programación es bastante parecida en casi todas las Televisiones, las cuales además pertenecen a empresas privadas, que buscan por
encima de todo la rentabilidad económica.
Aunque en cualquier programa televisivo te puedes sentir agredido
ocasionalmente, bien sea en el ramo político, deportivo, espiritual e, incluso,
informativo, en los que las subidas de tonos en la manifestaciones, las
descalificaciones verbales generalizados a los presentes por discrepancias de
criterios, y la conclusión final de decirse unos a otros que mienten en sus
afirmaciones o comentarios, el campo más problemático en la programación actual
es el del entretenimiento, basado (en sus comienzos) en las cosas del
“corazón”, lo que significaba hablar sobre el “Amor” de los famosos o
personajes populares, el cual está totalmente desfasado hoy en día porque la
audiencia no quiere saber ya de este tema, prevaleciendo y promoviéndose en la
actual programación la de hablar sobre las “Tripas” de los demás, aunque nunca
presentan pruebas evidentes sobre lo que descubren públicamente (diciendo
saber) de la intimidad o privacidad de las personas.
Los propios colaboradores o tertulianos en los programas
televisivos, cada vez con mayor frecuencia, se sienten tan “entretenidos” que
se exceden de largo en su cinco por ciento de particularidad para decir lo que
quieran, conculcando con descaro el derecho a la privacidad o intimidad de la
vida de ellos mismos.
Se manifiestan con un tono casi acusador al comentar una noticia
que otra persona le ha facilitado, como si la hubiesen estado viviendo directamente, amén de la falta de respeto personal debido.
Según mi opinión personal y particular, con la
progresiva devaluación del comportamiento exhibido en los distintos programas
televisivos, se está generando en la sociedad de convivencia cotidiana una
preocupante exaltación de “juicio de valores” sobre las sensaciones y emociones
expresadas por los demás…¡Qué fácil es categorizar sobre lo que observamos a
distancia!
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