martes, 15 de enero de 2013

La Televisión: Programación agresora

El dicho generalizado en la Sociedad de hoy es que el sistema no funciona y no responde al “clamor popular” de los ciudadanos, disconforme con los contenidos televisivos, pero que no tienen más remedio que aceptar porque la programación es bastante parecida en casi todas las Televisiones,  las cuales además pertenecen a empresas privadas, que buscan por encima de todo la rentabilidad económica.
Aunque en cualquier programa televisivo te puedes sentir agredido ocasionalmente, bien sea en el ramo político, deportivo, espiritual e, incluso, informativo, en los que las subidas de tonos en la manifestaciones, las descalificaciones verbales generalizados a los presentes por discrepancias de criterios, y la conclusión final de decirse unos a otros que mienten en sus afirmaciones o comentarios, el campo más problemático en la programación actual es el del entretenimiento, basado (en sus comienzos) en las cosas del “corazón”, lo que significaba hablar sobre el “Amor” de los famosos o personajes populares, el cual está totalmente desfasado hoy en día porque la audiencia no quiere saber ya de este tema, prevaleciendo y promoviéndose en la actual programación la de hablar sobre las “Tripas” de los demás, aunque nunca presentan pruebas evidentes sobre lo que descubren públicamente (diciendo saber) de la intimidad o privacidad de las personas.
Los propios colaboradores o tertulianos en los programas televisivos, cada vez con mayor frecuencia, se sienten tan “entretenidos” que se exceden de largo en su cinco por ciento de particularidad para decir lo que quieran, conculcando con descaro el derecho a la privacidad o intimidad de la vida de ellos mismos.
Se manifiestan con un tono casi acusador al comentar una noticia que otra persona le ha facilitado, como si la hubiesen estado viviendo directamente, amén de la falta de respeto personal debido.
Según mi opinión personal y particular, con la progresiva devaluación del comportamiento exhibido en los distintos programas televisivos, se está generando en la sociedad de convivencia cotidiana una preocupante exaltación de “juicio de valores” sobre las sensaciones y emociones expresadas por los demás…¡Qué fácil es categorizar sobre lo que observamos a distancia!
 

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