Los padres de hoy en día encuentran muy difícil ocuparse de la
transición de sus hijos hacia la edad adulta, porque en el desarrollo de su
etapa de juventud se ha alejado de los principios básicos enseñados, sobre todo
de la sinceridad, y a actuado muy egoístamente a espaldas de sus seres
queridos, dejando de compartir tiempo
personal con los mismos, justificándolo en que siempre se encontraba
trabajando.
La juventud actual ha crecido con la ausencia paulatina de sus
progenitores, compensada esta con bienes materiales y dinero para sus gastos
personales.
Como consecuencia de esta facilidad ofrecida por los padres para
que los jóvenes pudieran satisfacer sus deseos, estos se han acomodado
muchísimo y no valoran suficientemente el esfuerzo para obtener sus objetivos, y hoy en día,
desean conseguir las cosas muy rápidas, exigiéndoles a sus mayores dinero para sus gastos.
Curiosamente, la gente adulta, responsable directa de cómo es la
juventud, se pronuncia en todos los medios de comunicación y en las
conversaciones coloquiales del día a día, con una gran contradicción, pues si
bien dice que tenemos la juventud mejor preparada de la historia, por otro
lado, critica a esa misma juventud de ser muy vaga.
Personalmente, entiendo que a los padres se les ha escapado de las
manos el intento de ser más amigos de sus hijos, confundiéndose los papeles con
el amiguismo a causa del crecimiento
económico, y esto ha ido paralizando de
forma paulatina la producción de cariño y afecto… al menos, esa es la queja que
me expresan los padres de mi sociedad cotidiana de convivencia.
Pero hay que tener muy en
cuenta que ni siquiera el amor, ni la simpatía, ni la confianza pueden excluir
nunca la autoridad de los padres. Estos han de saber estar siempre en su sitio.
Según los informes
oficiales de los estudios realizados sobre los jóvenes de hoy en día, afortunadamente, lo más importante sigue siendo la familia… aunque se les
critique de ser unos desalmados que sólo piensan en fiestas y juergas y que no
respetan nada, ni siquiera a sus progenitores.
Con respecto a la vida política, son pocos los que participan en
la misma; no porque no tengan conciencia política, sino que no sintonizan con
los partidos y prefieren participar mediante el asociacionismo.
Lo mismo sucede con la
religión; no es que no crean en un Dios creador del ser humano, es que
consideran que el mensaje de la iglesia católica no les llega.
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