En los últimos años, y más en concreto,desde la aparición de las TDT, la programación televisiva ha ido cambiando su contenido predominante, pasándose de los formatos basados en el entretenimiento consistente en hablar sobre la vida particular y privada de algunas personas, a ser mayoritariamente en los días de hoy programas de debate con contenido político.
Actualmente, y casi en exclusiva, queda en pantalla un programa diario de los denominados "del corazón", el cual va perdiendo fuerza (según mi entender) por el comportamiento de sus colaboradores, faltándose el respeto mutuo entre ellos y aguantando carros y carretas por los emolumentos dinerarios que perciben... amenazan con marcharse alegando que "no todo vale" y nunca lo hacen.
Por el contrario, casi todas las cadenas tienen a diarios programas de debate de contenido político en los cuales se aprecian claramente las distintas ideologías de los mismos (con mayor nitidez los de Derecha), propiciándose un claro aumento de la agresividad verbal para defender las posturas u opiniones particulares sobre los acontecimientos que se debate...con mucha regularidad se llaman mentirosos y con mayor facilidad se expresan exabruptos personales.
En mi opinión, la situación social que está viviendo nuestro país desde que se ha iniciado la crisis financiera, ha hecho que la gente ocupe menos tiempo en prestar atención a los problemas "afectivos" de algunas personas que se lo llevan crudo, y dedican más tiempo a la programación en la que se refleja los problemas cotidianos de la mayoría de la sociedad, aunque estos estén produciendo más tensión y radicalización entre los partidarios de la izquierda y de la derecha...para defender su posición, se ataca cada vez con mayor virulencia la posición de la otra persona.
Y esto es así, porque siempre son las mismas personas las que participan en los distintos programas (saltándose de una cadena a otra), y llevándose consigo las diferencias entre unos y otros.
Los intervinientes en estos programas de contenido político, anteponen la defensa de su ideología personal defendiendo o justificando los actos o hechos del partido que simpatiza, en vez de exponer con total claridad la crítica a los comportamientos irregulares venga del partido que venga.
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