Desde el mismo inicio de su entrada en vigor, la Constitución ha sido estirada por la clase política en la aprobación de leyes, que actualmente la misma se encuentra a un paso de romperse en cadena.
La prueba de ello son la cantidad de asuntos judiciales pendientes en el Tribunal Constitucional a la espera de una resolución definitiva, algunos desde hace 13 años, aunque el retraso se centra ahora en los cerca de 450 que tiene que resolver el Pleno, entre los que destacan la ley del matrimonio homosexual o la ley del aborto.
De esta bolsa de 450 asuntos de pleno pendiente, destaca principalmente los recursos de inconstitucionalidad (214); cuestiones de inconstitucionalidad planteados por jueces y tribunales (88) y alrededor de 70 conflictos positivos de competencia planteados por las comunidades autónomas.
Y para los miembros de la clase política "como si vieran llover", pues ellos están bien cobijados o a buen recaudo en "la burbuja electoral"... les resbala la llovizna porque, según los mismos, el pueblo determina en las urnas y esto legitima sus actuaciones.
Es increíble como la población vota mayoritariamente a políticos implicados claramente en conductas irregulares, lo que les da alas para seguir por el mismo camino.
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