El ciclón económico que ha pasado por España desde el inicio de la democracia, ha tenido efectos que pueden ser devastadores para los cimientos del sistema, como lo prueba todo lo que está aconteciendo en la primera de las familias españolas (familia real), pues a todas las noticias producidas en torno al Rey, bien en cuanto a su comportamiento particular por el cual ha debido pedir perdón a la población, bien por su relación personal definida de estrecha amistad con una mujer extranjera que se hace llamar princesa, bien por la herencia económica recibida de su padre, en el día de hoy se le ha puesto la guinda al pastel con la imputación en el caso Noos de la infanta Cristina.
Trayendo a colación el dicho "No hay mal que por bien no venga", esperemos que todo lo que está aconteciendo en nuestra sociedad española sobre la corrupción económica como consecuencia del maná llegado tras la implantación del sistema democrático, sirva para regenerar los comportamientos "irregulares" en los que siempre se ven beneficiados unos pocos en perjuicios de unos muchos...
Si la regeneración no se realiza de forma que contente a la gran mayoría de la población, pagando su culpa las personas que hayan cometido delito con el dinero público, ésta se producirá de forma violenta, saliendo contenta de ella las personas que se han visto beneficiadas por actos corruptos, pues se librarán de pagar culpa ante la justicia.
Para que se produzca la primera, y deseable, de las opciones de regeneración social, es imprescindible comenzar por la regeneración personal y particular, revalorizando el principal activo del ser humano: su palabra.
Desgraciadamente hemos aceptado el convertirnos en una sociedad mentirosa "porque todo el mundo lo hace"... y así es el fortalecimiento actual de las relaciones afectivas.
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